El aborto es un mal, un amargo trago y un daño psicológico y físico para la mujer que se ve obligada a realizarlo. En el fondo, la interrupción voluntaria del embarazo nunca es voluntaria sino obligada por circunstancias sanitarias, sociales o personales. Quienes somos partidarios de la despenalización del aborto no deseamos que se produzcan abortos, queremos solamente que las mujeres que aborten y los profesionales que realicen los abortos no tengan que ir a la cárcel por ello. La ley actual –que despenalizó el aborto bajo determinadas circunstancias en los años ochenta del siglo pasado- ha mostrado fallos. Fallos que pueden corregirse pasando de una enumeración de las causas despenalizadoras a la determinación de plazos máximos tras el embarazo, dentro de los cuales se podrá abortar sin incurrir en un delito. Eso […]
Archivos diarios: 25 mayo, 2009
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