Hace ya bastantes años se decía que el Banco de España era doblemente emisor: emitía, a la vez, moneda e ideología. Ya no emite moneda, pero sigue con la ideología y ahí está para demostrarlo el actual Gobernador, quien –esta vez desde Zaragoza- inasequible al desaliento, ha vuelto por donde solía: “La mejor protección al desempleo no es el subsidio al parado sino conseguir que no se pierda el trabajo”. ¡Cuánta razón hay en estas palabras! Pero Miguel Ángel Fernández Ordóñez añadió que era preciso bajar (o mejor todavía, hacer desaparecer) las indemnizaciones por despido (ahora el despedido recibe entre 20 y 45 días de salario por año trabajado). Eso haría bien a los parados, quienes, mediante este bálsamo milagroso, encontrarían fácilmente empleo.
Vamos a ver si yo me aclaro. ¿Lo que quiere decir el Gobernador es que los despidos durante los últimos meses hubieran sido menos de no haber tenido que pagar las empresas las indemnizaciones? Evidentemente, no ha podido decir eso, porque las indemnizaciones no incentivan sino que disuaden el despido. Entonces, ¿qué es lo que ha dicho? Lo que ha dicho –creo yo- es que “en el futuro” las empresas contratarían más gente si no tuvieran que afrontar en su día las indemnizaciones por despido. ¡Ah, bueno! ¿Y si no tuvieran que pagar salarios? Seguro que contratarían a mucha más gente.
Por esa línea vamos bien: menos indemnizaciones por despido, menos salario… más empleo. Un pensamiento, por cierto, muy anterior al de Adam Smith. Unas ideas que nada tienen que ver ni con la socialdemocracia ni con el estado de bienestar ni con otras zarandajas.
Y ya puestos, ¿por qué no volvemos al esclavismo?
-Dónde va usted, hombre de Dios. ¿Acaso no sabe que la esclavitud no es rentable? Los esclavos comen mucho y trabajan muy poco.