DIÁLOGOS DE BESUGOS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los publicitarios que, siendo multitud, asesoran a los políticos de los diferentes partidos, aconsejan (u ordenan) a sus pupilos que jamás contesten a las preguntas que les hagan sus adversarios ni entren a discutir cualquier asunto que éstos les propongan. Como es evidente, estos consejos no conducen a un debate, a una discusión o a un diálogo sino a un auténtico diálogo para besugos en el cual cada loco no se sale de su tema y para él el interlocutor ni siquiera existe. No tengo que aclarar que el cariño que estos asesores tienen por la democracia es tan escaso como descriptible: ni buscan la verdad ni la desean.
Dado que para los “nuevos” políticos esos publicitarios disfrazados de asesores son los modernos oráculos de Delfos, a los que hay que seguir como los corderos siguen al pastor (o al perro), se llega a una conclusión: el público no puede sacar nada en limpio de una discusión que no existe, pues los discursos de los contrincantes siguen trayectorias que nunca se tocan. Y a este desastre se une el estúpido procedimiento del “y tú más”, consistente en descalificar al pecador por serlo cuando éste nos reprocha nuestros propios pecados, de los cuales no estamos dispuestos a justificarnos o a disculparnos… y mucho menos a confesarnos.
Veamos, como mera ilustración, la discusión oída hoy mismo en una radio de alcance nacional entre un diputado y ex ministro del PP y una candidata del PSOE a la Alcaldía de un notable municipio.
PP:  -Tendrían  ustedes que explicar por qué el Gobierno ha roto el Pacto por las libertades y contra el terrorismo.
PSOE : Ustedes lo único que saben hacer es negarle el pan y la sal al Gobierno.
 Lo dicho:
-¿Adónde vas?
– Manzanas vendo.

 

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