¡Vaya tropa!

Lo que más me interesa de las encuestas no son los datos electorales sino las incoherencias en las incurren los encuestados. Veamos el barómetro del CIS:

Pregunta 1. ¿Cómo calificaría usted la situación económica de España? ¿Muy  buena, buena, regular, mala o muy mala?

El 68,4% dice que es mala o muy mala y sólo el 3,0% la califica de buena o muy buena y luego, preguntados sobre su situación económica personal, sólo el 19,2% la considera mala o muy mala y el 32,2% la considera buena o muy buena. En otras palabras: el 80,8% de los encuestados declara que su situación personal está lejos de ser mala (o muy mala).

Cuando se les pregunta cómo se sienten (felices o infelices, en una escala de 0 –totalmente infeliz- a 10 –completamente feliz-), un 73,0% se considera notablemente feliz (se autocalifican con 7, 8, 9 y 10 en felicidad). ¿Cómo es posible que exista tanta gente feliz dentro de una situación económica mala o muy mala?

Entraba un fraile en su residencia llevando a la espalda una hetaira y cuando el padre prior le pidió explicaciones, dijo: “Todo es bueno p’al convento”.

Ese debería ser el eslogan de Podemos en la campaña electoral. Los “mareas”, “colaus”, “compromís”, “garzones” todos son de padres distintos, pero todos son buenos p’al convento. Pablo Iglesias se juntó primero con Anguita y luego se pasó a una “nueva socialdemocracia”… y puede hacerlo porque buena parte sus votos no dependen de la ideología. Veámoslo:

En una escala de  0 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha) la media del electorado español se autocalifica con un 4,7, un autorretrato claramente moderado en el que los posicionamientos más radicales tienen un peso muy reducido y es ésta una posición que se ha mantenido inamovible durante mucho tiempo. Sin embargo, los dos partidos “ganadores” (según el CIS), PP y Unidos Podemos, son percibidos por esos mismos electores como muy de derechas (PP=7,9) y muy de izquierdas (Unidos Podemos=2,2). ¿Cómo es posible que un electorado tan “moderado” vaya a votar masivamente a los dos partidos más “extremistas”?

¿Es que el electorado español sufre de esquizofrenia? Una incoherencia así sólo es explicable a través de componentes sentimentales y esos componentes sentimentales tienen nombres muy feos: odio, cabreo, frustración, decepción, desprecio en el caso de muchos de los votantes de Unidos Podemos y miedo al futuro en muchos electores del PP. Sentimientos negativos y esquizofrenia sobre los cuales nada bueno puede construirse. Lo dicho: ¡vaya tropa!

 

 

 

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