Archivos mensuales: marzo 2007

8 entradas

Mentiras

Pueden ser y son obras maestras, aunque la verdad que encierran reside exclusivamente en su belleza artística, pero no en su verdad histórica. Una verdad social, cultural tan lejana no se deja atrapar en una novela actual, por excelente que ésta sea. Pero las malas novelas históricas (y lo son la mayoría), al carecer de valor artístico, constituyen, simple y llanamente, una sarta de mentiras. En otras palabras y  parafraseando a Vargas Llosa, son la mentira de las mentiras.

LA CHISTERA

                      El 15 de enero de 1797, mister Hetherintong, un hombre de alta alcurnia, salió a las calles de Londres tocado con un extraño sombrero, un tubo alto y lustroso con el que, según el Times del día siguiente, “sólo pretendía causar espanto a los transeúntes”. La muchedumbre se arremolinó a su alrededor  y, de resultas de tal algarabía, un viandante resultó con el brazo roto. Los jueces condenaron al inventor de la chistera a la nada despreciable multa de quinientas libras de la época. Un dineral que hubiera sido una bagatela si el señor Hetherington hubiera patentado su invento, se hubiese hecho de oro, pero, al parecer, aquel extravagante señor carecía de sentido comercial. Galdós, a quien nunca gustó este sombrero, dijo […]

LA PRIMAVERA LA SANGRE ALTERA

  La primavera en Madrid, más que una estación del año, es una figura literaria, pues aquí el invierno y el verano son tan prepotentes que achican al tiempo de un suspiro a otoño y  primavera. Ésta última, arrinconada entre las dos estaciones gigantes, suele reducirse a unos tímidos y cortos días, durante los cuales madrileños y visitantes aprovechan para disfrutar la templanza de una agradable temperatura que saben será efímera. Sin embargo, en esos días floreados es cuando, sustituyendo a las prendas de abrigo, aparecen los jóvenes varones ataviados con leves prendas que dejan al descubierto su poderío muscular, tan duramente trabajado en los gimnasios invernales. Ellas, las mozas madrileñas, desprendidas de trencas y de lanas, comienzan a exhibir una leve franja de su piel, la que deja al aire, por el […]

EL CURA Y LA TÍA JULIA

    Julia Herrán, mi tía, era una persona enjuta y empecinada. Dura discutidora, a esta mujer que, a juzgar por las fotos de su juventud, había sido muy guapa, nada la achantaba… excepto las tormentas. Cuando, al final del verano, aparecían las nubes negras y comenzaba a tronar, se metía en la cama y empezaba a recitar una interminable retahíla de jaculatorias dirigidas a Santa Bárbara. Un domingo, a la salida de misa, mi tía esperó a que don Fermín Cestona, el cura vasco de mi pueblo, se despojara de su casulla y saliera a la calle para plantearle no sé qué asunto. Fue el caso que la charla devino en discusión y el tono de las voces subió. Al fin, don Fermín, incapaz de convencerla, pretendió concluir la discusión diciendo: -Señora, […]

MOSCÚ 1952

  Hace una tarde primaveral; quizá por eso, Fedor Antonov se ha decidido a sacar de paseo a su hijo Lev, de tan solo diez años. El muchacho se detiene ante una estatua de piedra que representa al Vladimir Ikich Ulianov, el fundador de la Unión Soviética. -¿Quién es este señor? –indaga el niño. -Éste que ves ahí es el gran Lenin. Fue él quien comenzó a quitarnos las cadenas del capitalismo. Cien metros más adelante el chico vuelve a pararse delante de otra estatua, erigida en honor de Josip Dugasvili, el sucesor de Lenin. -¿Y éste quién es, papá? -El gran Stalin. Él acabó de quitarnos las cadenas. -¿Y qué son las cadenas? –inquirió, insatisfecho, el pequeño Lev. -Las cadenas eran una serie de aros engarzados, generalmente de oro, que servían para […]

LA VARA DE MEDIR

Si ha de salirse de la doble moral, que hoy pretende imponerse, no queda más remedio que aplicarse a sí mismo la vara que uno ha tallado para los demás. Por otro lado, y con el fin de evitar males mayores y arbitrariedades sobrevenidas, debiera elaborarse un código deontológico aplicable a todos por igual. Un código consensuado social y políticamente que evite la arbitrariedad mediática, saque a los jueces de la política, o a la política de los juzgados, y permita hablar, cosa que ahora no ocurre, de las cuestiones que a la política conciernen. Es decir, las ideas propuestas acerca de la organización social, de las desigualdades económicas y los problemas existentes, que siguen siendo tan urgentes como numerosos.

EL PREGUNTÓN

-¿Por qué, Dios mío, me has dado una piel de color tan oscuro, un color que no me ha traído más que problemas?, preguntó el hombre, puesto de rodillas, frente al altar de aquella iglesia falsamente gótica. De improviso, como si viniera del púlpito vacío, una voz profunda, que parecía salir, no de la garganta sino directamente de las gónadas de quien hablaba, y que reverberaba sobre los muros de la catedral, le contestó. El hombre miró, primero hacia el púlpito y luego, girando la cabeza, a los fieles diseminados por los bancos en derredor, pero nadie, excepto él, pareció escucharla. -Hijo mío –comenzó la voz- esa piel te protege de los potentes rayos del sol, incluso de los infra-rojos. También te he dotado de músculos elásticos que te permiten correr como gacela […]

Edificios singulares

Lo que se quiere con ellos es llamar la atención, dejar impresa en la ciudad la huella indeleble del político que lo proyecta o inaugura, del arquitecto que lo diseña. Pero eso poco o nada tiene que ver con la ciudad ni con el arte. El colmo del escaparatismo es el Gugenheim de Bilbao. Un navarro al verlo dijo: «Si así es la lata, ¿cómo serán los espárragos?» Que los espárragos carezcan de sustancia poco parece importar, pero las latas son carísimas, porque estamos en el reino de la trivialidad y el despilfarro.