Aprovechando que los niños se han ido a la cama pido la venia a los amables lectores para entrar en terrenos más alegres que las calamitosas noticias diarias.
Tengo un amigo, segoviano de origen, a quien la muerte de su tío, Gabriel Villar de Montalbán, ha llenado de dolor y de inquietud. Esta última tiene causa en el viejo apelativo familiar con el que se conoce desde larga data a los Villar de Montalbán: los “Mingaseda”.
Según viejos cronicones castellanos, este linaje se denomina así desde 1457, año en el cual el avispado juglar Buenaventura Galíndez compuso un romance dedicado a esta familia. Versos que glosaban las virtudes del clan, pues los varones tenían el pene (la “minga”, decía el romance) de oro, mientras las damas eran propietarias de unas partes pudendas de tan suave textura que el vate calificó como “coños de seda”.
“Mingaseda” es, por tanto, una denominación igualitaria (oro y seda) demostrándose así en verdad que en el siglo XV se ejercía el “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Aseveración que ni la más radical y picajosa feminista actual calificaría de machista.
Poco antes de fallecer don Gabriel, su amigo el poeta Pedro Atienza le dedicó el siguiente Soneto blasonado al penúltimo de los “Mingaseda”:
Dolmen viril, granítica proeza
dulce y caro profanador gentil
que ni a una dama de entre mil
quiso dejar de darle su grandeza.
Eres bandera y mástil de una saga
que de sus miembros han hecho leyenda.
Eres latir sanguíneo de calenda
y futuro nupcial que no se apaga.
Más que un cipote eres un blasón
de la alta estirpe de “Los Mingaseda”.
Un perfecto principio y colofón
de lo que al marcharse siempre queda.
Más que una polla, eres un pollón.
La gente se pregunta ¿quién te hereda?
Y ahí, en el último verso, está la clave de las inquietudes de mi amigo, el heredero de D. Gabriel, a quien para su sorpresa le ha dejado en el testamento un mandato según el cual debe cambiar su apellido paterno por el de “Mingaseda” para “dar continuidad pública a las mejores virtudes de nuestra familia”.

3 ideas sobre “Granítica proeza”
Ese apellido debe ser conservado por ley porque ¿acaso hay algo más importante en ésta vida que estar bien armado y las damas tener muchas suavidad?, evidentemente no hay nada más importante.
Muy buen artículo, tratando con seriedad y amenidad los temas que de verdad nos importa n. La foto del icomienzo, muy apropiada, no me extraña que la fotógrafa la firmara. ¿Qué es?
Eres único Joaquín esto del cipote de granito es para salir por pies. Estos excesos me paralizan. Ja ja.