El gran aval político que ofrece Pilar Sánchez Acera (y comparte con su hermano Rafael) para liderar el PSM es muy claro: los Sánchez Acera consiguieron primero laminar a José Caballero de la Alcaldía de Alcobendas, Alcaldía que había ostentado el PSOE desde el inicio de la democracia (1979) –y Caballero desde 1983- hasta 2006, año en que los Sánchez Acera –y la endogámica agrupación que manejaban y manejan- descabalgaron a Caballero para sustituirlo por Manuel Aragüetes. Resultado: el PSOE pasó de 15 a 10 concejales y del gobierno municipal pasó a la oposición. Más tarde trituraron a Manuel Aragüetes y Rafael Sánchez Acera encabezó la lista municipal, con lo cual el PSOE cayó de los 10 concejales que tenía a 5. Un éxito sin precedentes.
Y ahora Pilar Sánchez Acera nos viene con que “es necesario cambiar el modelo de partido”. Nunca salió una verdad mayor de boca más inadecuada.
Pero, de verdad, ¿qué está pasando en el PSOE para que nadie asuma responsabilidades por sus actos políticos perversos? ¿Qué méritos exhibe Pilar, aparte de ser joven y ser mujer? ¿Alguien piensa que a base de juvenalia y feminismo de lobby vamos a salir del agujero? ¿Cuándo nos vamos a bajar de esos rollos zapateriles de pura imagen y nos ponemos a trabajar como es debido?
Para empezar a cambiar las cosas, lo primero que debería hacer el Secretario general del PSM (y espero que no sea esta mujer) tras el congreso de marzo es ordenarles a los Sánchez Acera que vayan a pedirle a Pepe Caballero que encabece la próxima lista del PSOE en Alcobendas. Un poco de humildad les vendrá bien a ellos… y al PSOE también.